Autor: Sealtiel Enciso Pérez
Loreto no solo fue el sitio en el que se estableció
el primer poblado permanente en la California, su importancia fue tal que se
convirtió en la punta de lanza de la colonización de toda la península así como
territorios más al norte, los que hoy conforman 3 estados, Baja California y
Baja California Sur, así como California en otro país. Su nacimiento fue toda
una hazaña en donde convergieron muchos factores, incluso sobrenaturales, ya
que como dijo el gran Juan María de Salvatierra “California era inconquistable
para los hombres… pero no para Dios”, así que tal vez la influencia divina jugó
un papel importante para que esta gran obra se lograra.
La planeación de la conquista de la California por
parte de los Jesuitas inició en el año de 1691. En ese entonces el padre Salvatierra
y el Padre Eusebio Francisco Kino se conocieron en las Misiones de Sonora. El
sacerdote Kino invitó a Salvatierra a recorrer, durante un mes, las Misiones
que había establecido en aquellas tierras, y durante el viaje le fue contando
sobre la expedición donde participó en los años de 1683 a 1685 a la California,
le platicó de la gran cantidad de Californios que encontró y de la Gran Obra de
evangelización que se ofrecía frente a ellos. Salvatierra sucumbió ante la
fuerza y apasionados argumentos de Kino y ambos pactaron conseguir los medios y
permisos para viajar a la California e iniciar la labor de conversión de los
naturales.
Durante los siguientes 6 años (1691-1697)
Salvatierra ayudado por Kino, Ugarte y otros sacerdotes, se dirigieron a sus
autoridades religiosas como a las pertenecientes al Virreinato pidiendo se les
concediera el permiso para trasladarse a la California, sin embargo el recuerdo
del gran fracaso con el que terminó la expedición del almirante Isidro Atondo y
Antillón, hicieron imaginar esta hazaña como imposible. Afortunadamente una
serie de factores afortunados (algunos dicen milagrosos) hicieron que de
repente todas las circunstancias cambiaran de tal manera que en el mes de
febrero de 1697 el virrey José Sarmiento y Valladares expidiera la licencia
para la Conquista de la California a Kino y Salvatierra. Vencido este obstáculo se procedió a pedir donativos
a las personas ricas de la Ciudad de México para que sufragaran los costos de
esta expedición así como la formación de las primeras Misiones.
El mes pactado para hacerse a la mar rumbo a
California fue en Octubre de ese año. Salvatierra llegó al puerto
(desembocadura del río Yaqui) donde se embarcaría junto con 11 o 12 personas
más, entre soldados y marineros. Lamentablemente Eusebio F. Kino no pudo
acompañarlo debido a una gran insurrección que se dio entre las etnias del
norte de Sonora y donde se solicitó la mediación del sacerdote. Salvatierra
inicia su viaje el 10 de octubre y llega cerca de la bahía de San Dionisio, en
la California, el 12. Debido a varias dificultades climatológicas no pudieron
desembarcar hasta el día 16 de octubre. Durante varios días estuvieron
explorando los lugares cercanos a donde desembarcaron para encontrar el sitio
con la mejor fuente de agua y las tierras más adecuadas para sembrar y criar
ganado. El sitio designado fue uno al que los Cochimíes, naturales que vivían
en este sitio, denominan “Conchó” y que significa “Mangle rojo”. Durante los
siguientes 4 o 5 días Salvatierra ordena a sus hombres que realicen un desmonte
de una gran área de este sitio con el propósito de establecerse en el lugar.
Construyen varias cabañas para habitaciones de los soldados, el sacerdote y
como almacén de los productos que traían, también realizaron un corral para
proteger a los animales.
Finalmente el día 25 de octubre de 1697, teniendo
todo preparado, el padre Juan María de Salvatierra inicia una Magna Ceremonia
religiosa para declarar formalmente fundada esta Misión. A continuación
transcribimos parte del relato que hizo el sacerdote sobre el evento: “...Dieron
señas de mucho gozo los indios e indias con la venida de la santa imagen [de
Nuestra Señora de Loreto], que llegó aquí el viernes en la tarde, y el sábado
siguiente se le celebró la misa, en 25 de octubre, y dos días después habíamos
plantado la santa cruz con muchas flores, instándome todos los españoles [y]
después muchos indios para besarla”.
Con este evento sencillo pero solemne queda fundada
la primer capital de las Californias. Aún hubo muchas barreras y obstáculos qué
sortear pero afortunadamente la perseverancia de los sacerdotes y
posteriormente de los colonos, europeos y mestizos que habitaron el lugar, lograron
que el sitio permaneciera y que hasta el día de hoy sea baluarte del progreso y
amor a la tierra sudcaliforniana.
Bibliografía:
“Misiones de las Californias III: Nuestra Señora de
Loreto Conchó” – Carlos Lazcano Sahagún
"Cartas sobre la conquista espiritual de
Californias" – Juan María de Salvatiera.
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