Alegoría clásica de cómo se creía que llegó Hernán Cortés a la Bahía de la Santa Cruz (1535)
Autor Sealtiel Enciso Pérez
Adrián Valadés fue un impresor, grabador y escritor de muchas temas históricos, entre ellos sobre los acontecimientos que le tocó conocer e investigar durante su estancia en el puerto de La Paz en las postrimerías del siglo XIX y principios del XX. Entre los temas a los cuales dedicó una buena parte de investigación fue a la determinación del origen e imposición del nombre de California a nuestra península.
El Sr. Valadés menciona que una vez que Cortés hubo regresado a la capital de la Nueva España, después de su desastrosa expedición al puerto de la Santa Cruz, tuvo que defenderse de juicios legales en los que lo había metido el virrey de Mendoza, y en uno de sus alegatos que se asentó por escrito menciona los siguiente: ". . .lo que el dicho fraile [Marcos de Niza] refiere haber visto lo ha dicho y dice por sola la relación que yo le había hecho de la noticia que tenía de los indios de la dicha tierra de Santa Cruz que yo truje". Esto quiere decir que todavía en el año de 1540, cuando fue hecho el mencionado testimonio, aún no se nombraba con el apelativo de California a las tierras por él descubiertas en el noroeste de la Nueva España.
En esos años circulaba una novela de caballería la cual gozaba de un gran éxito y difusión entre los exploradores de todos los sitios a donde llegara la escuadra española, el libro en mención era "Las sergas de esplandián" el cual fue escrito por Garcí-Ordóñez de Montalvo y publicado por primera vez en el año de 1510 (25 años antes de que Cortés llegara a la Bahía de la Santa Cruz). En el mencionado libro se menciona el siguiente párrafo: ". . .Sabed que a la diestra mano de las Indias hubo una isla llamada California, muy llegada a la parte del Paraíso Terrenal, la cual fue poblada de mujeres negras, sin que algún varón entre ellas hubiese, que así como las amazonas era su estilo de vivir. . . Moraban en cuevas muy bien labradas y tenían navíos muchos en que salir a otras partes a hacer sus cabalgatas, y los hombres que prendían llevábanlos consigo, dándoles las muertes que adelante oiréis. Y algunas veces en paces con sus contrarios, mexclábanse con toda seguranza unas con otros, y habían ayuntamientos carnales. . . , y si parían hembra, guardábanla, y si parían varón, luego era muerto.. . "En esta isla, California llamada, había muchos grifos por la grande aspereza de las tierras y por las infinitas salvagenes que en ella habitan, las cuales en ninguna parte del mundo eran halladas".
Es obvio que Cortés, un ávido lector de este tipo de novelas caballerescas, así como todos sus capitanes y soldados, ya habían dado lectura a este libro y creían firmemente que era muy real la existencia de este sitio además de los animales fantásticos y riquezas incalculables que se mencionaban. Fue entonces que Cortés ordena al cartógrafo Domingo del Castillo que elabore un mapa en el cual coloque el nombre de CALIFORNIA a la tierra recién descubierta.
Tales fueron las suposiciones que sobre el nombre de nuestra tierra hizo el Sr. Valadés.
Bibliografía:
Temas históricos de la Baja California - Adrián Valadés.
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