Autor: Sealtiel Enciso Pérez
Es interesante el origen del nombre de nuestra península: California, pero aún más curiosa es la forma en la cual los marineros, militares y exploradores fueron paulatinamente utilizando el nombre para referirse a nuestra franja terráquea. Nuestra tierra jamás fue bautizada formalmente por algún explorador, con facultades para hacerlo, con el nombre de California, sin embargo hasta el presente, por casi 500 años hemos sido bendecidos con ese nombre.
La historia menciona que en el año de 1539, don Hernán Cortés aún traía enterrada la espina de no haber podido establecer una colonia y explorar la franja de tierra que encontró en el noroeste de la Nueva España y a la cual se refería como una isla. Es por ello que parlamenta con uno de sus capitanes más leales, Francisco de Ulloa, para que realice un recorrido bordeando la costa de la mencionada “isla” y determinar si cuenta con algún potencial económico que justifique su colonización y al mismo tiempo determine si solamente puede ser abordada por mar o existe algún pasaje por tierra (península). Fue así como de Ulloa parte de Acapulco al mando de 3 naves en el mes de junio de 1539 con rumbo a esta región cubierta por la bruma de leyendas y parciales relatos verídicos fruto de los datos que gente que estuvo en el lugar con Cortés.
Durante los meses de agosto y septiembre de 1539 bordearon toda la región oriental de nuestras tierras y llamaron a este mar por el que navegaron como el “Mar Bermeja”. Los escribanos que iban a bordo, Francisco Preciado y Fray Antonio de Melo, empezaron a denominar a estas tierras con el título de “Ysla de California” o “California”. Lo anterior seguramente influidos por los relatos de la soldadesca la cual conocía perfectamente el relato del libro “Las sergas de Esplandián” y en él la existencia de una isla fantasiosa habitada por mujeres guerreras y a la que denominaban como “California”. Todos ellos habían creído que avistaban la “Isla de California” y por ello le daban tal nombre. La expedición de Francisco de Ulloa finalizó tristemente con la pérdida en el mar de este célebre explorador así como los soldados que lo acompañaban, y solamente pudieron llegar de regreso a Acapulco unos cuantos marineros, ex integrantes de su armada exploradora, que contaron lo que allá vieron, entregando los diarios escritos durante la exploración.
En el año de 1542, Juan Rodríguez Cabrillo, emprende un nuevo viaje de reconocimiento y exploración de este lugar, para ese entonces, el nombre de California era empleado comúnmente para denominar a esta región del Noroeste novohispano. Aunque por algunos años más a la punta austral de nuestra península se le siguió llamando Punta California o Cabo California, con el paso del tiempo este toponímico desapareció y sólo permaneció el nombre del puerto de Cabo San Lucas. Existen escritos de los misioneros Jesuitas como Miguel del Barco y Francisco Javier Clavijero, que narran la forma en que paulatinamente cambió la denominación antes descrita de Cabo California hasta ser utilizado este nombre, California, para nombrar a toda la península nuestra. Sin embargo hubo una inexactitud en estos escritos ya que ambos Jesuitas afirmaban que fue Hernán Cortés quien puso por nombre el de Cabo California, pero tal aseveración es incorrecta. No existe evidencia de que Cortés haya estado presente cuando sus tropas exploraron esta región sureña de la península ni de que haya levantado algún “auto de nombramiento” de este sitio con el nombre de “California”.
Cabe aclarar que a pesar de que ya desde el año de 1541 era común la denominación de la parte conocida de nuestra península con el nombre de California, no es sino hasta el año de 1562 que por primera vez aparece esta denominación en un mapa de la época. El nombre que aparece es de Cabo California para denominar la punta más austral de nuestro territorio y fue en un mapa elaborado por Bartolomé Olives. En el año de 1587, ya el nombre de California aparece para denominar a toda la península. Se especula que la razón por la que no apareció en fechas anteriores este nombre para nuestra península se debió a que nunca fue impuesto de manera oficial, y para los cartógrafos lo que importaba era la denominación oficial que se diera a una región y basada en documentos. También existen historiadores que suponen que este retraso se debe a que esperaban que a la región se le impusiera algún nombre con relación al explorador Hernán Cortés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.