TENIENTE JOSÉ ANTONIO MIJARES, EJEMPLO DE VALENTÍA Y AMOR A LA PATRIA


 


Autor: Sealtiel Enciso Pérez

 

El próximo 21 de noviembre tendrá lugar la conmemoración número 171 del Aniversario luctuoso del teniente de Marina José Antonio Mijares. Tal vez muchos sudcalifornianos en la actualidad sólo recuerden el nombre de este personaje por la escuela secundaria que lleva ese nombre en la ciudad Josefina, o el boulevard principal de ese sitio o por que ocasionalmente lo leyeron en alguna revista o periódico de ocasión. Sin embargo nuestro personaje combatió al lado de los calisureños sin dar tregua a los invasores yankees, hasta que víctima de las balas, sucumbió.

 

Mijares no era nacido en México, él era oriundo de la ciudad de Santander, España. Muy joven viajó hacia estas tierras de la recién nacida República Mexicana buscando hacer una fortuna. Al llegar a nuestro país encuentra su vocación en las armas por lo que se naturaliza como mexicano y se integra a las fuerzas de la Marina Nacional. Mijares había aprendido el oficio de marino desde temprana edad por lo que le fueron muy útiles las destrezas adquiridas en esta su nueva profesión. Muy pronto fue enviado a combatir en la lucha que sostuvo el Gobierno Mexicano contra las fuerzas separatistas de la naciente República de Yucatán las cuales se habían aliado con el ejército de la República de Texas y buscaban no integrarse al gobierno centralista de México (1841). La batalla duró algunos días, en donde el bando perdedor fue el ejército nacional.

 

José Antonio pudo percatarse que el ejército mexicano tenía serias carencias no sólo en tácticas y armamento sino también ante la falta de un salario que les llegara de forma oportuna e incluso uniformes. Muchas veces tuvo que pasar hambre y vestir con jirones de ropa ya que el Gobierno no tenía dinero para pagarles su salario. Debido a lo anterior decide licenciarse de la Marina y se dedica a buscar fortuna en otras actividades dentro de México.


 

Pocos años después, cuando el gobierno yankee realiza una guerra de invasión desigual contra la República Mexicana, Mijares no lo piensa dos veces para volverse a unir al ejército y combatir a este abusivo enemigo. En ese entonces residía en Tamaulipas y tuvo que trasladarse hasta Sonora para ponerse al mando de las tropas comandadas por el Capitán Manuel Pineda, las cuales tenían como destino el atacar a las tropas yankees que habían invadido la península de California. A finales del mes de septiembre llega al puerto de Mulegé en donde participa en la batalla del “cerro amarillo” el 2 de octubre de 1847, en la cual valientemente las tropas mexicanas hacen huir al ejército yankee, después de escaramuzas que duraron todo el día.

 


El Capitán Pineda y José Matías Moreno, otro valiente combatiente sudcaliforniano, deciden iniciar el asedio de las tropas yankees en los alrededores de la ciudad de La Paz y ordenan al Capitán Mijares que se dirija a la ciudad de San José del Cabo para seguir atacando sin descanso a las tropas invasoras, las cuales sabían que estaban acantonadas en el cuartel de dicha localidad. Al llegar al pueblo josefino es informado por los rebeldes que las fuerzas yankees se encontraban parapetadas en un edificio en el centro del poblado y que lamentablemente una veintena de traidores josefinos se habían pasado de su bando para apoyarlos. De inmediato el Teniente Mijares forma grupos de guerrillas para reducir lo más posible a los enemigos y ver la posibilidad que en un golpe certero pudieran apoderarse de uno de los cañones que estaban causando mucho daño a los californios.

 

El día 21 de noviembre de 1847, el Teniente José Antonio Mijares al frente de un grupo de bravos combatientes se lanza contra las trincheras del ejército invasor con la misión de capturar un cañón, lamentablemente unos minutos después del avance, Mijares cae abatido por las balas de los enemigos. Sus compañeros de armas de inmediato lo ponen a salvo y lo trasladan hacia una casa que habían acondicionado como un hospital de campaña. La agonía del valiente José Antonio dura casi 24 horas. El 22 de noviembre debido a las heridas sufridas, fallece.


 

Lejos de que este suceso acobardara o hiciera que se arrendaran las tropas Mexicanas, el ejemplo de valor y hombría del Teniente Mijares sirvió para motivar a las escasas tropas defensoras las cuales continuaron combatiendo hasta que debido a que llegaron más tropas invasoras a esta ciudad de San José del Cabo y la Paz, tuvieron que replegarse. Sin embargo los combates siguieron hasta que en el mes de diciembre los comandantes Manuel Pineda y José Matías Moreno fueron hechos prisioneros.

 

Los sudcalifornianos no debemos olvidar a aquellos hombres y mujeres que dieron su vida por defender la soberanía e integridad de estas tierras. Conocer su obra para redoblar esfuerzos y luchar por la Baja California Sur que todos queremos tener. Ojalá que nuestras autoridades de forma inmediata consideren el trasladar los restos del Teniente José Antonio Mijares a la Rotonda de los Sudcalifornianos Ilustres, su vida y su ejemplo bien lo valen.

 

Bibliografía:

 

es.wikipedia.org

aviada.blogspot.com

civitascalifornio.com

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