Autor Sealtiel Enciso Pérez
A tan sólo dos años de haber
finalizado uno de los conflictos bélicos más cruentos en el planeta llamado
Primera Guerra Mundial, ocurrió uno de los episodios menos conocidos de la ya
de por sí triste y conflictiva relación que ha tenido nuestro México con el
vecino país del norte.
Corría el mes de marzo de
1920, cuando el submarino con denominación H-1 (SS-28) se dirigía hacia su base
ubicada en San Pedro, California. Había realizado un viaje de miles de millas
náuticas desde Long Island, NY, atravesando el Canal de Panamá y ahora se
dirigía a descansar y llevar a su tripulación a un merecido receso en su país
de origen. Se ignoran las causas que obligaron al capitán del submarino, James
Reid Webb, a acercarse a la peligrosa costa rocosa de la isla Santa Margarita,
en B.C.S. en su punta sur (tal vez se desorientó debido a que el accidente
ocurrió en la noche o alguna falla mecánica), pero al llegar a este lugar
(conocido como Punta Redonda, cerca del actual Puerto Cortés) el submarino
colisionó contra ellas y quedó encallado con el serio peligro de que su
tripulación pereciera ahogada. La noche del 12 de marzo de 1920 quedaría
grabada en la mente de aquellos marineros los cuales de inmediato realizaron
maniobras para abandonar el submarino y ponerse a resguardo de la costa, que
quedaba a unos cientos de metros.
Pasado el incidente y
recuperados del susto, los marinos sobrevivientes se contactan con las
autoridades militares de de su país a efecto de que vinieran a darles
salvamento y al mismo tiempo se analice la posibilidad de rescatar el submarino
hundido. A continuación transcribo el parte redactado por el administrador de
la Aduana de La Paz, Juan Encinas, el cual se encuentra resguardado en el
Archivo Histórico “Pablo L. Martínez” de esta Capital:
“En contestación a la atenta
nota número 405 de fecha 22 de abril próximo pasado, girada por la Sección 1ra.
de ese Gobierno de su digno cargo, tengo la honra de informar a Ud., que las
constancias que obran en el expediente formado con motivo del encallamiento del
Submarino H-1, de la Escuadra Norte Americana, en la parte occidental de la
Isla Margarita, aparece que el día 12 de marzo último al 30 del propio mes,
estuvieron entrando y saliendo a esta Bahía varios buques de la Armada antes
mencionada, a efectuar el salvataje. Bahía Magdalena, B. Cfa., mayo 6 de 1920.”
También en la mencionada
Institución, Archivo Histórico, en la sección de Guerra, existe un expediente
con número 503, volumen 751, y donde consta más información real y comprobable
de este suceso. Inexplicablemente, durante estos años, el Gobierno Mexicano se
ha mantenido silencioso ante la difusión y/o explicación sobre qué hacía esta
nave dentro de las aguas territoriales mexicanas, y por qué no se les exigió
explicaciones sobre lo mismo al gobierno estadounidense.
Como narra el documento ya
citado, durante los días subsecuentes acudieron a este sitio barcos de la
marina de Estados Unidos de América para apoyar a sus compañeros y tratar de
rescatar al submarino. El día 7 de abril se hicieron maniobras que lograron
poner a flote al H-1 (SS-28), sin embargo al estar remolcándolo, la maniobra
falló y volvió al fondo marino arrastrando en su caída a 5 marinos, los cuales
murieron sin que sus compañeros pudieran hacer nada. Los nombres y cargos de
los marinos fallecidos eran: Capitán, Lt. Comdr. James R. Webb, Webb, James LCDR(CO); Giles, Harvy W. MM1;
Delamain, William H. SN y Kosman, Joseph SN.
Los cuerpos de estos soldados fueron enterrados en un primer momento en
Isla Margarita, sin embargo a los pocos días fueron exhumados y trasladados
hacia los Estados Unidos donde hoy descansan.
Durante varios días buzos de
la marina estadounidense hicieron varias incursiones para rescatar documentos
clasificados así como equipo que aún sería de utilidad o bien que no convenía
que cayera en manos ajenas a su gobierno. Finalmente el 12 de abril de 1920, la
marina de Estados Unidos dio por cerrado el caso y se retiraron los buques y el
personal de este sitio. Según algunas fuentes que han indagado en los registros
de la marina estadounidense no han podido localizar información sobre esta
nave. Al parecer los registros fueron borrados.
En el año de 2016, el Sr. Alfredo
Martínez, jefe de expedición y fotógrafo, guiado por el buzo Rafael Sánchez
Agúndez, habitante de Isla Margarita, B.C.S., dieron con los restos del
Submarino H-1 (SS-28). Posteriormente acudieron al sitio acompañados por el
Arqueólogo Submarino Roberto Junco, subdirector de Arqueología Subacuática del
INAH, para que diera fe del hecho y sobre todo se hiciera un levantamiento
fotográfico de lo poco que ha quedado de esta nave, ya que a través de los 98
años que lleva hundida ha sido saqueada en incontables ocasiones.
La California sempiterna,
siempre ha sido codiciada para hacerse de sus tesoros: sus perlas, playas,
oasis… y más recientemente de sus enclaves estratégicos para dominar el
pacífico milenario. Los Mexicanos, pero sobre todo los Sudcalifornianos debemos
sentirnos orgullosos de vivir en un paraíso así, pero conscientes y actuantes
para cuidarlo, protegerlo y preservarlo de la mejor manera posible para las
generaciones venideras.
Bibliografía:
Archivo Histórico “Pablo L.
Martínez” dependiente del Instituto Sudcaliforniano de Cultura del Gobierno del
Estado de Baja California Sur.
Paisaje y personajes en
María Auxiliadora: un proyecto colonizador en el Territorio Sur de la Baja
California (1940-1944) – Elizabeth Acosta Mendía.
¡Misterio resuelto!:
Encontraron los restos de submarino de los EEUU en costas de Baja California
Sur. Reportaje en californiahoy.net por Francisco Ramírez y Gilberto Manuel
Ortega Avilés.
SUBMARINO H-1 encalló en un
banco de arena Bahía Magdalena B.C.S. MEXICO en 1920. CASIMIRO GARDEA OROZCO.
navegantecalifornio.wordpress.com
Descubre el Cementerio
Submarino. Tras los rastros del USS-H1 SEAWOLF - Viridiana Mirón -
mexicodesconocido.com.mx
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