Autor: Sealtiel Enciso Pérez
Sabido es que los Jesuitas son una orden al interior de la iglesia católica conformada por hombres sumamente comprometidos con la expansión de la fe y estudiosos de todas las ciencias y artes. Los miembros de esta orden fueron los encargados de explorar e integrar las tierras Californianas a la Nueva España y es por ello que establecieron casi dos decenas de Misiones a todo lo largo de su territorio.
Al pasar de los años, los misioneros empezaron a preocuparse por conocer y documentar los aspectos de esta hermosa tierra, las costumbres de sus habitantes primigenios así como la flora, la fauna e incluso los orígenes de estas civilizaciones recién descubiertas. El Jesuita Miguel del Barco nos legó en su libro “Historia Natural y Crónica De La Antigua California” sus apreciaciones sobre cómo fue que se pobló nuestra península.
"No han conservado noticia alguna, de paraje determinado, de donde vinieron a poblar la California. Así, los pericúes como los cochimíes, sólo han oído de sus mayores que vinieron del norte. Aunque ellos no lo dijesen, es por sí misma creíble esta verdad, estando por todas partes cercada del mar la California, y sólo unida por el lado del norte a la tierra firme; no habiendo, además de eso, fundamento para creer que vinieron por mar.
No dicen cuándo vinieron; y envueltos todos en lamentable rusticidad, no parece que ha habido entre ellos quien cuente los años, ni advierta la sucesión de los tiempos, como lo hicieron los mexicanos por medio de los ciclos de cincuenta años que mencionamos poco ha. La ocasión que tuvieron para dejar las antiguas tierras del norte, y venir a poblar las de la California, dicen, por testimonio de sus antepasados, haber sido una gran contienda que tuvieron en un convite, en que compitieron muchos de naciones varias. De ella nació el acudir todos a las armas, y después de algún debate, huir los menos fuertes hacia el mediodía, perseguidos de los más poderosos, hasta esconderse en las montañas de la península.
Otros dicen que la contienda fue entre dos señores, que partieron la gente en dos bandos opuestos; y vencedor el uno, obligó al otro, después de mucha matanza, a buscar el asilo de la serranía y de las islas del mar. Esto es todo lo que los misioneros han podido averiguar del origen y venida de los californios a su tierra donde se ve que su sencillez no les deja fundar su vanidad sobre haber venido de lejos, vistiendo su origen de fábulas bien circunstanciadas, como lo han hecho muchas naciones cultas.
También es de extrañar que no se avergüencen de confesarse descendientes de los fugitivos y menos valerosos, siendo igualmente fácil fingirse hijos de los más valientes y vencedores, bien que no nos faltan ejemplares en el mundo antiguo de esta ingenuidad; pues aun las dos famosas repúblicas competidoras, Roma y Cartago, se preciaban de traer su origen, una de los vencidos de Troya, y otra de los huidos de Tiro.
Lo que se dice en las historias mexicanas de las transmigraciones y mansiones de su nación, parece que se debe entender, sin subir tan altamente la geografía y cronología, que se tropiece con el Asia o con el diluvio, por lo menos clara y distintamente conocido uno y otro."
Bibliografía:
HISTORIA NATURAL Y CRÓNICA DE LA ANTIGUA CALIFORNIA - MIGUEL DEL BARCO
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