“LA PUERTA DE LA PAZ”, EL MONUMENTO INCONCLUSO PERO EL MÁS CONOCIDO DE ESTA CIUDAD DE LA PAZ, B.C.S.





Autor: Sealtiel Enciso Pérez

Nuestra bella California del Sur posee una belleza natural única. Su flora y su fauna, tanto terrestre, aérea y acuática ofrecen a todos los espectadores la oportunidad de recrearse y descansar su alma y espíritu ante estas imponentes vistas. Los atardeceres y amaneceres en cualquiera de los sitios de nuestra media península Californiana son evocadores, invitan a la ensoñación. Sin embargo, también nuestras autoridades se han preocupado por embellecer los espacios con obras escultóricas representativas que atraigan al turismo y cautiven a propios y extraños.

Tal es el caso de la obra escultórica denominada “La Puerta de La Paz” y que popularmente es conocida como “La cola de la ballena” o “La paloma de La Paz”. Este conjunto escultórico fue producto de un concurso que se llevó a cabo en el año de 1989, siendo gobernador de la entidad el Lic. Víctor Manuel Liceaga Ruibal. Tras la presentación y revisión de diferentes proyectos, fue seleccionado el del escultor Efrén Olalde Sánchez.

El proyecto escultórico trataba de expresar los emblemas más característicos de nuestro Estado, puerto y ciudad. Por un lado una “cola de ballena” como símbolo de la preservación de todo tipo de clases de esta especie de mamíferos marinos a través del establecimiento de santuarios como el de la laguna “Ojo de Liebre” en el cual se reproducen cada año cientos de estos cetáceos por lo que se puede decir que una buena parte de las ballenas que viajan por el mundo son orgullosamente sudcalifornianas por nacimiento y concepción. Por otra parte esta escultura representa el significado del nombre que el explorador y navegante Sebastián Vizcaíno le impuso a nuestro puerto y ensenada, La Paz. Un valor y sentimiento que durante cientos de año ha distinguido a sus habitantes, y que cada vez que un visitante llega a este puerto se jacta al mencionar que “La Paz, hace honor a su nombre, se respira una gran paz”.


El predio que se destinó para levantar este imponente monumento fue el ubicado en el tramo carretero La Paz – Aeropuerto internacional “Manuel Márquez de León”, o también llamado “Salida al Norte del Estado”. En este sitio se da una bifurcación en donde los vehículos deciden su destino, si toman la entrada a la ciudad por un tramo que conduce hacia el malecón de la misma o si continúan por la Calzada Gral. Agustín Olachea Avilés y eligen ingresar al Boulevard Pino Pallas, Libramiento “Daniel Roldán” o hacia el tramo que ingresa a la ciudad y posteriormente se convierte en la calle Isabel la Católica.


La escultura se encuentra cimentada sobre un terreno plano. Sobre el monumento se construyó un arco de 18 metros de altura y 42 metros de longitud. Este arco es el que da el nombre oficial y característico de la obra “La Puerta de La Paz”. En el interior del arco, se construyó la segunda pieza del monumento la cual tiene una altura de 10 metros. Si el espectador la observa en su perfil de ingreso a la ciudad podrá apreciar una “Gran paloma o gaviota blanca” la cual le da la bienvenida a este paraíso de paz y tranquilidad. Si por el contrario el espectador va de “salida” de la ciudad, podrá apreciar una singular y enorme “Cola de ballena” que le da la despedida invitándolo para que no tarde mucho en volver a sumergirse en la bella tranquilidad de estas tierras Californianas.

El proyecto original contemplaba la construcción de una enorme fuente frente al perfil que tiene la forma de una “cola de ballena” y tenía el propósito de simbolizar cómo la ballena se sumergía en las tranquilas y seguras aguas de la California milenaria. Pese a que el autor de la obra ha protestado ante las autoridades para que su obra sea culminada, poco o nada se ha logrado. Se construyó alrededor de este monumento un cercado de piedra cantera y rejas de metal. En su interior existe un jardín con una gran cantidad de plantas xerófitas bordeadas por caminos de cemento y asientos con bancas de metal, los cuales están sombreados por pérgolas hechas ex profeso. También se cuenta con una pequeña caseta de vigilancia en cuyo interior se encuentra el sistema de control de las luces que iluminan ocasionalmente este monumento. Lamentablemente y debido al vandalismo creciente en nuestra ciudad así como la poca vigilancia de parte de las autoridades este sitio ha sido paulatinamente saqueado. Las bancas de metal están destrozadas y el cuarto que fue construido como sitio para vigilancia está sucio de excreciones humanas, basura y el sistema eléctrico fue robado en su mayor parte.


Es positivo que las autoridades de gobierno construyan estos espacios de esparcimiento y para embellecer a nuestra ciudad, pero también deben planear el mantenimiento de estas obras y no dejarlas abandonadas o recordarlas ocasionalmente. Los ciudadanos de La Paz agradecemos esta obra pero también pedimos que sea conservada en buen estado por parte del gobierno y con la colaboración de la sociedad.

Bibliografía:

La Paz, ciudad y puerto mexicano. Origen, proceso histórico y símbolo emblemático – Profr. Gilberto Ibarra Rivera.



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