EL TEATRO “BENITO JUÁREZ” DE LA PAZ, B.C.S. ENTRE LA TRAGEDIA Y LA COMEDIA





Autor: Sealtiel Enciso Pérez

El ser humano siempre ha sido proclive al desarrollo de las bellas artes y dentro de ellas a la escenificación de diferentes estilos de representación que entran en el terreno del Teatro. La ciudad de La Paz, conforme se fue consolidando como una ciudad próspera y boyante, se empezaron  aglutinar sectores de la población que eran proclives al disfrute de estos espectáculos y por otra parte, grupos de gente culta y con habilidades para preparar y ejecutar estas “obras”. Es así como a principios del siglo XX surge el primer escenario adecuado para la representación de estas actividades y fue el famoso “Teatro Benito Juárez”.

Los antecedentes más cercanos a lo que podría ser un escenario digno para la presentación de las compañías de ópera y teatro que llegaban a este puerto a finales del siglo XIX podemos decir que eran la Casa de Gobierno, sede del Gobierno del Territorio, la lujosa tienda “La Torre Eiffel” o el Kiosco del Jardín “Máximo Velasco”. Estos por contar con un gran aforo podían ser acondicionados para estos menesteres sin embargo distaban mucho de ser los más adecuados. Es interesante observar que en diversas actas de las sesiones del Cabildo de la ciudad, se hacían llamados e incluso acuerdos para iniciar la construcción de un teatro sin embargo poco o nada se concretaba de ello.

Fue hasta el año de 1906, cuando se encontraba en la alcaldía municipal el sr. Agustín Sanginés que se realizaron acciones concretas para la construcción de un Teatro para la ciudad. El Municipio donó un terreno aledaño a la Casa del Pueblo y que se ubicaba sobre la calle Primera (hoy Belisario Domínguez). En una sencilla ceremonia se colocó la primera piedra del edificio estando presentes además del mencionado Sr. Sanginés, los miembros del Club “Benito Juárez”, y es así como comienza una larga serie de sucesos durante la construcción de este sitio. El primero de los obstáculos que se tuvo que salvar fue la limitada cantidad de dinero que se podía destinar para la compra de materiales y el pago de los sueldos de los constructores. El Municipio se encontraba con pocos ingresos.


Afortunadamente la comunidad paceña vio con muy buenos ojos la construcción de este recinto y respondieron realizando donativos ya sea en especie o en dinero para la construcción del Teatro. Se cuenta en el Archivo Histórico de B.C.S. “Pablo L. Martínez”, documentos que consignan estos hechos como “la carta del señor Jerónimo C. Romero ofreciendo un millar de piedras brutas para los cimientos de tan importante obra...”. Otra de las acciones a las que se acudió para hacerse fondos y continuar con los trabajos, fue la venta anticipada de palcos o plateas para uso exclusivo de los que pudieran pagarlas. Las personas que adquirieron estos sitios fueron los ricos empresarios de la ciudad como Antonio Domínguez, Miguel L. Cornejo, Miguel González, Guillermo Silver entre otros. Aunado a lo anterior un grupo de damas voluntarias, esposas, hijas y familiares de los integrantes del Club “Benito Juárez” realizaron rifas, venta de comida, espectáculos de zarzuela e incluso jornadas artísticas en donde por el pago de una módica entrada podían disfrutar de bebidas, cena y escuchar canciones y obras de teatro.


Finalmente en el año de 1910, como parte de los festejos del Centenario del inicio de la llamada “Guerra de Independencia” que organizó a nivel nacional el gobierno del dictador Porfirio Díaz Mori, se inauguró lo que se llevaba de construido del mencionado Teatro, al cual se le impuso el nombre de uno de los Presidentes Mexicanos que ha dado el mejor ejemplo a su patria, Benito Juárez. Es importante mencionar que aún faltaba colocar el techado del Teatro, lo cual tuvo que esperar casi 7 años debido a que una vez que se tuvo recaudada la cantidad que costaban las láminas que se colocaría, estas se perdieron durante el naufragio del barco que las traía a este puerto. Tras varios años de litigio con la compañía aseguradora, por fin en 1917 se pudo techar completamente este recinto y quedar relativamente completo en su estructura.

Desde su inauguración en 1910 el Teatro “Benito Juárez” fue sede para la presentación de múltiples espectáculos artísticos. Los actores no sólo eran grupos de la comunidad sino que a este puerto viajaban compañías completas de Teatro, Danza y Música a presentar sus espectáculos. En el año de 1931, el Gral. Agustín Olachea instituyó al teatro Juárez como sede de las famosas “Olimpiadas territoriales” por lo que en esas jornadas este edificio desbordaba en asistentes y participantes. En el año de 1938, el Gral. Rafael M. Pedrajo, jefe de gobierno del Territorio, dotó al Teatro Juárez de un aparato cinematógrafo con lo que dio un uso permanente a este recinto al invitar a la ciudadanía a presenciar obras cinematrográficas de primer nivel y venidas de todo el mundo.


Con el paso del tiempo este recinto Teatral y de Cine se integró al gusto de todos los paceños, siendo visita obligada por niños y adultos los fines de semana. Lamentablemente durante las décadas de los 80 y 90, los concesionarios de este sitio tuvieron problemas con sus trabajadores y el teatro quedó en completo abandono. El deterioro que sufrieron todas sus instalaciones por la falta de mantenimiento y el abandono causaron graves daños a la estructura del edificio. En el año de 1996 el Gobierno del estado recoge este edificio y lo entrega al Municipio de La Paz. Un grupo de ciudadanos preocupados por el destino de este magnífico inmueble, y deseosos de darle de nuevo el lustre y realce que tuvo antaño, se acercan a esta instancia de gobierno y consiguen que se entregue el inmueble al “Patronato de la Cultura de Baja California Sur, A. C.”, conformado por la maestra Rosa María Mendoza de Uribe, Rubén Antonio Jaime Salgado y la maestra Consuelo Amador de Rivera, entre otros distinguidos ciudadanos.

Este patronato recibió el Teatro “Benito Juárez” en deplorables condiciones y con daños estructurales serios: el foro destruido, tramoya en ruinas, fachada del edificio totalmente dañada, sistema eléctrico inoperable, sillas y baños destruidos, camerinos y entrada de los artistas a punto de derrumbarse. Sin embargo el amor por este edificio movió a todos los integrantes del Patronato y de inmediato realizaron gestiones ante instancias federales como la SEDESOL y los gobiernos municipal y estatal, con lo que lograron reunir una fuerte cantidad de dinero y empezar la remodelación y puesta en forma de este legendario edificio.

En la actualidad el Teatro “Benito Juárez” se encuentra operativo y dentro de sus áreas se realizan presentaciones de teatro, música y danza con lo que ha recobrado una misión que jamás debió de habérsele arrebatado. Gracias a todos aquellos nobles habitantes de Sudcalifornia que nos regresaron este hermoso edificio y este año en que cumple 118 primaveras, le deseamos que siga teniendo una vida larga y próspera.

Bibliografía:

Calles y Monumentos de la ciudad de La Paz, B.C.S. – Profr. Leonardo Reyes Silva.


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